El cine para la familia es el recurso más valioso de los grandes estudios para mantenerse a flote, más aún en un año como el que comienza a despedirse, que ha tenido un desempeño en las taquillas muy alejado del que se esperaba en términos de recaudación. Junto con el terror, las películas infantiles (con una ampliación para los adolescentes que siguen disfrutándolas y para una salida en familia) son las que más público llevan. En ese marco, la llegada hoy a las salas de “Moana 2” se destaca como un título con atractivo propio, que reedita con nuevas aventuras la simpática historia que comenzó en 2016.

Después de recibir una llamada inesperada de los ancestros, Moana debe abandonar su hogar (cada vez más estable y próspero) y a su familia ampliada (tiene una nueva hermana) para emprender un viaje hacia lejanos mares de Oceanía y adentrarse en aguas peligrosas y olvidadas para afrontar riesgos mayores a todos los que atravesó hasta entonces, se anticipa como sinopsis sobre esta producción de Disney. Nuevamente estará acompañada por el semidios Maui, junto a una variopinta tripulación fuera de lo común.

El mandato es romper la maldición del dios Nalo en la isla oculta de Motufetu, que sólo se logrará si alguien pisa su tierra y une a ese pueblo con otros, para lo cual Moana se enfrentará a viejos y nuevos enemigos, incluidos los Kakamora y la peligrosa diosa del inframundo Matangi. En la historia queda clara nuevamente el empoderamiento femenino, como la nueva línea que tiene Disney como eje conceptual de desarrollo en sus últimos proyectos (y extendiéndose a los futuros).

La realización tiene la dirección de David G. Derrick Jr., secundado por Jason Hand y Dana Ledoux Miller, a partir de un guión firmado por esta última junto a Jared Bush y Ron Clements. En la versión original en inglés, las voces protagónicas vuelven a ser de Auli’i Cravalho y Dwayne Johnson, que repiten los personajes en una acción se sitúa apenas tres años después de la primera película.

“Moana está a la vanguardia de una conversación en la que la palabra princesa y la palabra héroe ahora son intercambiables”, dijo Cravalho a BBC News en la premiere del filme en Londres. La joven tenía sólo 16 años cuando debutó como Moana, al que ahora regresa. “Nunca podría haber esperado cuán impactante sería este personaje. Sabía que cambiaría mi vida, pero parece que también ha cambiado la de muchas otras personas: a veces, cuando conozco a niños, me siento como Papá Noel, me miran y me dicen: ‘¡Tú eres Moana!’. ¡Y se lo creen! Y eso me llena el corazón”, contó.

Ledoux Miller destacó que una de las ideas fuerzas de la historia es que “nunca dejas de elegir quién eres; a Moana la despojamos de toda su zona de confort, de todo lo que la hace sentir cómoda y segura. Y es en ese momento cuando se ve realmente puesta a prueba y obligada a elegir en quién quiere convertirse”.

Junto con el anticipo llega la advertencia de que el filme contiene escenas con luces intermitentes que pueden afectar a las personas susceptibles a padecer epilepsia u otras fotosensibilidades. En los cines de la cadena Cinemark Hoyts de Capital Federal, Gran Buenos Aires y Santa Fe habrá funciones distendidas atendiendo a ese público, pero no están previstas en Tucumán.

A cantar se dijo

La música vuelve a tener un rol importante en la realización con canciones compuestas por Mark Mancina y Opetaia Foa’i sobre letras escritas por Abigail Barlow y Emily Bear. “Beyond” y “Can I Get a Chee Hoo?”, dos de sus canciones, serían nominadas a los Oscar como mejor tema original; así como seguramente la película aparecerá entre las candidatas en el rubro animación.

El dúo pasó a ser las compositoras más jóvenes de la historia de Disney, y el primer conjunto de escritura femenino del emporio del entretenimiento, confirmando la idea de la presencia de la mujer en distintos espacios y responsabilidades. En la primera “Moana”, ese rol había sido cubierto por el compositor Lin-Manuel Miranda, que recibió una nominación al Oscar por su creación.

La Argentina tiene presencia tangencial en la producción sonora, ya que “Al final” fue interpretada por Emilia; es la canción de créditos finales que integra la banda sonora. En las funciones distendidas, el volumen de la filmación se aminora respecto de otras proyecciones. “Es un sueño hecho realidad”, aseveró la cantante.

Johnson reivindicó que el público cante los temas en el cine, “especialmente si te gusta la música, esa es la parte divertida”. Así terció en el debate que circula en las redes sociales alrededor de los musicales. “¡Canta! Pagaste el dinero que te costó ganar para comprar una entrada, fuiste a ver un filme y te encantó. Canta”, sostuvo.

“Maui es un semidiós; algunos luchadores piensan que lo son, pero no es así. Lo sé porque yo fui uno de ellos”, respondió ante una pregunta de la prensa británica. Respecto al apoyo de sus tres hijas, aclaró que se debe a “que se ven a sí mismas en Moana, sienten que están representadas”.

Ingresos

Los cálculos económicos de Disney es que ya en la preventa de entradas en Estados Unidos se alcancen entre los U$S 135 y los 150 millones (algunos proyectan ingresos por más de U$S 225 millones, aprovechando el fin de semana largo estadounidense por el Día de Acción de Gracias), lo que dispararía la taquilla a términos astronómicos.

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Pero más allá del resultado económico inminente, el futuro está asegurado: se viene para mediados de 2026 la versión de acción real de Moana (siguiendo la línea experimentada con “La Sirenita”, “Aladdin” y “La Bella y la Bestia”), aunque con cambios.

Para el futuro filme, Johnson ha sido confirmado como Maui al punto que ya circulan imágenes de él como el semidiós (“es historia la mi cultura, es emblemática de la gracia, el maná y la fuerza guerrera de nuestro pueblo y me siento honrado de contar nuestra historia a través de la música y la danza, que en esencia es quiénes somos como pueblo polinesio”, escribió en las redes), pero Catherine Laga’aia será su contraparte femenina, para mantener un rostro adolescente en pantalla.